Países Bajos, mayo de 2025 - En una nueva escala de la gira semillera internacional, visitamos la sede central de HZPC, empresa líder mundial en mejoramiento genético de papa, ubicada en Joure, al norte de los Países Bajos. La jornada fue mucho más que una visita técnica: fue una inmersión en un modelo de desarrollo que combina ciencia, negocios y visión de largo plazo.
La recepción estuvo a cargo de Robert Graveland, director de Investigación y Desarrollo (R&D) de la compañía. Fundada en 1898, HZPC opera hoy en más de 60 países y factura anualmente más de 300 millones de euros.
HZPC no solo exporta papa semilla convencional, sino también mini tubérculos, un formato ideal para países que buscan iniciar ciclos productivos con alto nivel sanitario. En ese sentido, Argentina tiene una oportunidad latente: aprovechar la contraestación del hemisferio sur para transformarse en un proveedor estratégico de papa semilla a nivel global. Pero, según Graveland, aún existen obstáculos normativos y de protección a la propiedad intelectual (PI) que limitan el crecimiento de sus operaciones en el país.
La comitiva está integrada por el asesor agrícola de la Embajada, representantes de organismos clave del sector semillero argentino como Perla Godoy (Dirección de Biotecnología), Elena Gatti (SENASA), Laura Villamayor (INASE), Tomás Palazón (Sociedad Rural Argentina), Hugo Rossi (asesor de la Embajada) y Alfredo Paseyro, Director Ejecutivo de ASA.
El equipo científico de HZPC está conformado por profesionales de ocho disciplinas diferentes, desde biología molecular hasta edafología. Uno de los focos actuales es el mejoramiento genético para tolerancia a la salinidad, una preocupación creciente ante el avance de la degradación de suelos y el cambio climático. Además, la empresa realiza múltiples ensayos sobre raíces, buscando variedades que combinen rendimiento, rusticidad y calidad sanitaria.
Desafíos para Argentina
En los diálogos mantenidos durante la jornada, surgieron aprendizajes clave que podrían funcionar como hoja de ruta para fortalecer el ecosistema semillero argentino, especialmente en el rubro papa. Entre ellos:
- Impulsar compromisos más sólidos por parte del INASE (Instituto Nacional de Semillas) para garantizar el cumplimiento efectivo de la normativa vigente.
- Asegurar que las Autorizaciones de Criadores se respeten, sobre todo en los depósitos refrigerados donde se almacenan las semillas.
- Fiscalizar el etiquetado de las bolsas para garantizar que las semillas estén debidamente certificadas, evitando fraudes que dañan la reputación del sector.
- Controlar las tasas de multiplicación, una medida clave para evitar la sobreoferta de materiales que degradan la calidad genética y sanitaria.
- Crear canales claros para la exportación de papa semilla, respaldados por mecanismos que protejan adecuadamente al mercado interno.
La visita a HZPC dejó en claro que la papa no es un cultivo menor. Con tecnología, investigación y reglas claras, puede convertirse en un producto estratégico para la Argentina, tanto en términos de seguridad alimentaria como de generación de divisas.
